Propagación de enfermedades: Las ratas son portadoras de numerosas enfermedades que pueden transmitirse a los humanos, como la leptospirosis, la salmonelosis y la fiebre por mordedura de rata. Estos roedores pueden contaminar los alimentos y superficies con sus heces y orina, aumentando el riesgo de infecciones.
Daños estructurales: Las ratas tienen dientes incisivos que crecen continuamente, por lo que necesitan roer constantemente para mantenerlos en un tamaño manejable. Esto las lleva a roer cables eléctricos, tuberías, muebles y otros materiales de construcción, lo que puede provocar cortocircuitos, incendios y daños estructurales graves en el hogar.
Alergias y problemas respiratorios: La presencia de ratas y sus excrementos puede desencadenar alergias y problemas respiratorios en las personas, especialmente en aquellos que ya sufren de asma o alergias. Los pelos, la orina y las heces de las ratas pueden liberar alérgenos en el aire, afectando la calidad del mismo y la salud de los habitantes del hogar.
Peligro de mordeduras: Las mordeduras de ratas pueden ser dolorosas y causar infecciones graves. Las ratas son animales agresivos cuando se sienten amenazadas y pueden atacar a humanos y mascotas. Las mordeduras pueden llevar a infecciones bacterianas severas, que requieren atención médica inmediata y tratamiento con antibióticos.